Sigiriya, la octava maravilla del mundo está en Sri Lanka
Hay ciertos lugares en el mundo que desprenden magia en cada uno de sus rincones. Que nada más poner un pie sobre ellos te llevan a imaginar lo imponentes que fueron en sus buenos tiempos y todas las historias que ocurrieron alrededor de sus muros. Sigiriya, tiene el honor de ser uno de esos lugares mágicos.
Sigiriya, un gran motivo por el que viajar a Sri Lanka
Considerada como la octava maravilla del mundo, Sigiriya en sí misma es la mejor razón por la que viajar a Sri Lanka. Se trata de un antiguo palacio situado en unas empinadas laderas y en la cumbre de una roca con una gran importancia arqueológica e histórica que deja a todo aquel que lo visita asombrado con su belleza.
Es además una belleza natural puesto que la roca sobre la que se asienta la fortaleza es fruto de la erupción de un volcán que a día de hoy ya está extinto. La cumbre sobre la que se sostiene es realmente un cuello volcánico que se alza a 370 metros a nivel del mar. El yacimiento también es conocido como “la roca del león” debido a que hay dos estructuras con forma de garras de león que dan la bienvenida a las ruinas. Los lugareños afirman que antes de que el tiempo deteriorara al palacio había que atravesar la boca abierta de un león para poder llegar a su interior. Aunque actualmente solo se conservan las garras, la minuciosidad de las mismas y la atmósfera que se respira en el lugar hace que sea fácil imaginar como sería entrar al complejo a través de la boca de un león.
El origen de Sigiriya
Personas de todo el mundo deciden viajar a Sri Lanka para conocer más acerca de este fantástico monumento que se encuentra en el distrito de Matale, en la provincia Central de Sri Lanka, a 175 kilómetros al noreste de Colombo, la capital de la isla.
Cuenta la leyenda que el palacio fue construido en la segunda mitad del siglo V por el rey Kasyapa, quién después de matar a su padre usurpó el trono que legítimamente le pertenecía a su medio hermano, Mogallana, dado que él era el hijo de una concubina y no de una esposa legítima del rey como si lo era su hermano. Después de varios años de exilio en la India, Mogallana regresó a reclamar su trono con un poderoso ejército y ni siquiera la inexpugnable fortaleza de Sigiriya le sirvió a Kasyapa para evitar que venciera. Se dice que se suicidó al ver que la derrota era inevitable.
Sin embargo, se sabe que Sigiriya había estado habitada con anterioridad. Los expertos aseguran que desde tiempos prehistóricos. Y también fue un monasterio budista desde el siglo III, con cavernas diseñadas por los devotos budistas, hasta la construcción del palacio. Esta función del complejo fue recuperada después de la muerte de Kasyapa hasta que finalmente fue abandonado en el siglo XIV. No fue hasta 1908 cuando el explorador británico John Still descubrió las ruinas e investigó su origen.
Además del palacio, el complejo está formado por diversas fortificaciones, extensos jardines, estanques, canales, calles, fuentes y cuevas. En las cuevas se conservan un gran número de pinturas murales protagonizadas por mujeres que llegan a cubrir un área de 40 metros de ancho y unos 40 metros de altura, siendo uno de los murales más grandes del mundo. Así que si te gusta el arte, no puedes dejar pasar la oportunidad de viajar a Sri Lanka y de visitar Sigiriya.
Un lugar repleto de misterios
A día de hoy los arqueólogos siguen sorprendiéndose con esta construcción. Son muchos los que no se explican cómo en el siglo V pudieron construir una fortaleza en la cumbre de un roca gigante con las técnicas rudimentarias de la época. ¿O acaso trabajaban con tecnología más avanzada? Solo subir los materiales para la construcción ya suponía un tarea de gran magnitud.
Pero las sorpresas e incógnitas alrededor de esta maravilla no se acaban ahí. Sigiriya es uno de los ejemplos mejor conservados de la antigua planificación urbana. Todos sus canales, calles y fuentes están adecuadamente conectados entre sí. De hecho, cuenta con un complejo sistema hidráulico con canales, lagos, presas, puentes, fuentes y bombas de agua que se llenan de agua durante la temporada de lluvias con suma facilidad, funcionando como un engranaje perfecto.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, visitar Sigiriya es absolutamente imprescindible si realizas un viaje a Sri Lanka, aunque para llegar a su cima tendrás que demostrar tus dotes como explorador ya que hay que caminar bastante y subir un gran número de escaleras. Pero te aseguramos que una vez te encuentres en la cumbre de este complejo arquitectónico, sentirás que todo el esfuerzo habrá merecido la pena. Incluso es probable que vuelvas a repetirlo con tal de observar una vez más su increíble belleza.